Mitos del amor romántico

Los mitos del amor romántico influyen en nuestra manera de entender las relaciones, y pueden llevarnos a aceptar, minimizar o tolerar cualquier conducta de nuestra pareja, incluso las que nos lastiman, por temor a fracasar o a no cumplir con estos mandatos y expectativas.

En un noviazgo nada justifica un golpe, maltrato, que te amenace, te humille, te controle, te aisle de tus amig@s, o que te obligue a hacer lo que no querés.

Derribando estos mitos conseguimos romper con la base de la violencia.

¿Y….qué es un mito? Un mito es un conjunto de creencias socialmente compartidas que no son necesariamente verdaderas ni están validadas científicamente. Se transmiten de generación en generación aunque varían con el tiempo y según cada cultura.

En los mitos del amor romántico se refuerzan roles estereotipados para las mujeres y para los varones. A ellas les toca ser pasivas, delicadas, frágiles, e incondicionales, mientras que de ellos se espera que tomen la iniciativa, sean activos, protectores, dominantes y no demuestren sus sentimientos. Estos “mandatos” los aprendemos desde la infancia, en las relaciones familiares, los mensajes de los cuentos, las canciones, las publicidades, los medios de comunicación, etc.

Así se justifican y reproducen socialmente, en parte, las relaciones de poder desiguales que existen entre mujeres y varones. La desigualdad es el origen de la violencia. En ninguna pareja hay una persona más importante o mejor que la otra.

“Apretar No Es Exprimir”

El mito de la media naranja es una creencia basada en que existe una “pareja ideal” para cada un@ que está predestinada de algún modo …para toda la vida y sin elección posible. Esto puede llevar a una tolerancia excesiva y a permitir y justificar cualquier conducta de la otra persona, porque “es la pareja que me tocó”. Además, fortalece la idea de que estamos incomplet@s hasta que no encontramos un gran amor. Es cierto que nuestra pareja nos puede complementar, pero cada un@ de nosotr@s es únic@, completo e irremplazable

“No Comamos Perdices”

El mito de “fueron felices y comieron perdices”lo tenemos presente desde la infancia a través de los cuentos en los que, al final de la historia el príncipe azul se enamora de la doncella. Estos relatos tradicionales transmiten estereotipos de género, es decir los roles que le tocan socialmente al varón y a la mujer: la doncella es delicada, dulce y linda, mientras el príncipe es fuerte, protector y cuida de la doncella. Todo ello, de alguna manera, puede marcar nuestras relaciones, aceptando cualquier conducta de nuestra pareja aunque nos lastime e idealizando los vínculos. La felicidad se construye diariamente y las relaciones tienen altibajos, pero tenemos que poder reconocer cuál es el límite de lo que nos hace mal y no debemos permitir.

“Mucho, Poquito, Nada”

Este mito se basa en la creencia de que “los celos son un signo de amor” e incluso un requisito indispensable de un verdadero amor. Suele usarse para justificar comportamientos controladores, represivos y, en ocasiones, violentos. Sin embargo, los celos parten de la desconfianza en un@ y en la otra persona, y terminan por ser perjudiciales para ambos. El respeto y la confianza hacia la otra persona y hacia un@ mism@ sí son un signo de amor.

 

Fuente: FEIM – http://nocomamosperdices.feim.org.ar/elements/mitos.html#h

Deja un comentario